The Drifter es una curiosa cinta a medio camino entre documental y película. Rob Machado se interpreta a sí mismo en un viaje al corazón del surf, desde las competiciones del más alto nivel hasta el free surfing, un modo de entender la vida con la que solo unos pocos logran conectar. The Drifter es, además, una oportunidad para ver el inconfundible estilo de Rob Machado en las olas menos turísticas de Indonesia.
En The Drifter podemos viajar con Machado a los orígenes del surf, a la verdadera motivación que nos lleva a todos los que amamos este deporte a meternos en el agua con una tabla. “En The Drifter trato de recordar la razón principal por la que empecé a surfear y era el momento en el que llegabas al pico y estaban rompiendo dos metros tuberos sin nadie cerca”, explica el surfista. Él mismo ha aclarado en alguna entrevista que se trataba de hacer algo más allá que surf espectacular. “Seamos honestos, no soy el tipo de tío que puede aparecer en The Modern Collective”, añade. También lo explica muy bien en el film: “Es difícil desarrollarte como persona cuando estás constantemente bajo un microscopio. Es importante desaparecer a veces”.
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La película comienza con un Rob Machado que huye de las competiciones, exhausto y agotado por una agenda complicada, repleta de eventos y competiciones por las que ha dejado de tener interés. Rob Machado comienza ese viaje, rebosante de tubos increíbles regados con una espectacular música, con unas derechas con Kelly Slater en una de las islas de Indonesia. Es uno de los momentazos de la película, y más teniendo en cuenta el morbo que suscita ver surfearle con Slater, el amigo que le descalificaría en aquella última competición histórica de Machado. Es creo que la única derecha que surfea en toda la película y puede que sea también la única que surfea rodeado de tantísima gente. El resto del film son izquierdas infinitas en las que surfea solo, a veces de backside y otras veces de frontside. No creo que fuera una casualidad. Más bien parece que el director y él hubiesen querido contraponer el surf y la forma de entender el surf de Slater con la del propio Rob Machado. Así lo explica en la película: “Kelly tiene esa increíble habilidad que te hace sentir que está surfeando solo. Incluso cuando hay un montón de gente en el agua. A mí en el agua me cuesta lidiar con esas situaciones”.
Probablemente desde un punto de vista estrictamente cinematográfico, la película carezca de relevancia. Pero merece la pena ver una cinta de surf sin que el exceso de testosterona te salpique, sin malos malotes ni buenos buenísimos, solo un surfista huyendo del circo de la industria del surf y emprendiendo un viaje interior y exterior apasionante. Machado tiene además un estilo surfeando alejado de histrionismos y excesos, un surfing delicado y perfecto. Ver a Machado surfeando en esta película es lo más cerca que estarás de la poesía y el surf, todo a la vez.
Y para aderezarlo todo una banda sonora de lujo con piezas de rock brutales. Tenéis en este enlace una playlist con la banda sonora de la película. Os dejo con la que es para mí la secuencia más bella de toda la película. No pudieron elegir mejor canción. Podéis ver la película aquí.