Desde que surfeo han cambiado algunas cosas en mi vida. Puedo afirmar que el surf ha cambiado mi vida. Unos cambios han sido más sutiles que otros, y sospecho que todavía no los he descubierto todos. Cuando pienso en este último año de surf, lo observo como un proceso inacabado de autoconocimiento. El surf cambió y está cambiando mi vida.
Estas son algunas de las cosas que empezaron a cambiar, de fuera a adentro.
- Mi feed de Instagram. Cuando empecé a surfear, comencé a seguir de forma esporádica a algún que otro surfer/a. Lo que empezó siendo algo esporádico se transformó en algo habitual. Mi feed de Instagram comenzó a cambiar, cada vez había más imágenes del mar, de surfers, big waves y tablas de todo tipo. Empecé a perder el interés por otros temas así que dejé de seguir a marcas de moda. ¿Qué me importaban a mí esos modelitos inalcanzables que llevaban modelos de cuerpos también inalcanzables?
- Entrenamientos y deporte. Durante los primeros cursos de surf que hice siempre me pasaba lo mismo. El corcho pesaba muchísimo, en cuanto atravesaba los espumones estaba ya agotada, y cuando llegaba al pico para coger la ola estaba ya desfondada. Creía que me mantenía en forma, pero me di cuenta de que no para surfear. Así que, con poco tiempo, muy poco tiempo disponible para mí, comencé a entrenar en los pocos ratos de los que disponía. Probé algún gimnasio que no terminó de convencerme, pero no me rendí. Descubrí un gimnasio pequeño donde hacen entrenamientos de HIIT (Hight Intesity Interval Trainning), que se llama Square. Esos entrenamientos eran tremendamente retadores para mí, pero sus profesores hacen que uno llegue motivado hasta el final y quiera superarse. Cuando no tenía mucho tiempo para entrenar en el gimnasio, practicaba Yoga en casa. Y lo más retador de todo para mí en cuanto a deporte se refiere: me apunté a clases de natación.
- Aprender a nadar. Lo he contado en algún artículo del blog. Yo nadaba como una señora mayor, era un horror nadando. Cualquiera que me viese nadando a crol podría pensar perfectamente que me estaba ahogando. Pero mis profesores me dijeron que no podría avanzar en el surfing si no remaba más y mejor. El entrenamiento para remar mejor era la natación. Así que después de muchos años avergonzada con mi incapacidad para nadar bien, sin atreverme a ir a clases de natación, decidí hacerlo. Todo por lograr estar más tiempo en el agua encima de esos corchopanes.
- La hucha del surf. Cuando tuve a mi hija mis prioridades económicas cambiaron. Muchos de mis “caprichitos” pasaron a ser sus “caprichitos”. Lo primero es lo primero. Eso no ha cambiado. Sin embargo, el dinero que me quedaba para mí, unos zapatos, un vestitido, pasaron a la hucha del surf. Empecé a preferir comprar menos vestidos e invertir ese dinero en ir a surfear.
- Conexión con la naturaleza. Pasar tiempo en la naturaleza no estaba entre mis prioridades. Iba al campo y había hecho alguna ruta puntual por la montaña pero eran salidas puntuales. Surfear me conectó de una forma especial con la naturaleza. Cada vez tenía más ganas de ir al mar, pero no sólo. Cada vez me gusta más estar en el campo, en la montaña, y sobre todo cerca del mar.
- Madrid y yo, se nos rompió el amor. A medida que crecían mis ganas de ir al mar, y de pasar tiempo rodeada de naturaleza mi pasión por Madrid disminuía. Quise vivir en Madrid desde que fui adolescente. He vivido años maravillosos en Madrid y he disfrutado de todo lo que Madrid me ofrecía. Me he enamorado en Madrid y también desenamorado. Empecé a perder el interés por Madrid y sus alicientes: conciertos, teatros, mercadillos… todo eso que me sigue gustando está acompañado siempre de una constante algarabía, de aglomeraciones y multitudes que me perturban e inquietan, que arrebatan mi buscada paz.
- El cuerpo. Después del embarazo me había quedado con algún kilito de más, aunque nada excesivo, mi cuerpo no era como antes. Todo mi cuerpo estaba más fofo. A veces no reconocía ese nuevo cuerpo. Aquel vientre plano había dado lugar a una tripita discreta pero curvada, el culo no estaba tan respingón y tenía más caderas. Miraba mi cuerpo en el espejo y veía el cuerpo de una madre. Y, es maravilloso, pero no veía el cuerpo de una mujer. Empezar a entrenar y surfear hizo que poco a poco las cosas volvieran a su sitio. Pero no sólo eso, empecé a querer más este cuerpo pequeño y lleno de defectos pero que, a pesar de todo, lograba llevarme al pico y ponerse en pie encima de esa tabla. Incluso me animé a subir a Instagram fotos mías de cuerpo entero, en neopreno y con bikini. A veces, hasta me da por subir alguna imagen en la que me veo más sexy. Supongo que es todavía una forma de reivindicarme, de celebrar este cuerpo que dejó de gustarme y del que he logrado sentirme orgullosa. En esta relación nueva que he comenzado con mi cuerpo todavía me falta mucho por ganar. Tal vez, lo siguiente sea dejar de reivindicar mi cuerpo. Tal vez, esa batalla ya la he ganado.
- Priorizarme. Después de atravesar una temporada difícil, comencé a salir con las amigas y tuve alguna cita. Sin embargo, siempre era yo quien cedía, abandonaba sus planes y se adaptaba a los del resto. Pero cuando empecé a surfear, también empecé a decir «no» más a menudo. Yo iba a surfear. Si alguien quería apuntarse era mucho más que bienvenido. Si no, no pasaba nada, pero no abandonaría mis planes. Y así fue como surfear se convirtió también en una especie de filtro de personas. Quienes me quieren de verdad, me ven feliz y me animan a ir a surfear, incluso aunque ellos no compartan esa actividad. Muchos amigos han venido conmigo, algunos a probarlo y otros a pasar el fin de semana cerca del mar junto a mí. Y en cuanto a tener pareja… eso forma parte de otro capítulo. ¿Entendería alguien que no surfee mi obsesión?
- Nuevos amigos. He hecho nuevos amigos. Corazones bonitos que me han invitado a surfear con ellos, que me han abierto las puertas de su casa o enseñado playas preciosas. Amigos con los que estoy construyendo nuevos espacios en los que cobijarme y ser feliz. He comenzado pequeñas amistades, pero a las que intuyo un largo recorrido, con surfers con los que hablo del mar, de las olas, de las playas, de los vientos. Surfers mucho más experimentados que yo que me dan consejos y comparten conmigo su experiencia. Me siento muy afortunada porque me hayan abierto las puertas de su conocimiento y sobre todo de su cariño. Siento una inmensa gratitud. Me esperan nuevos amigos en Málaga y hasta me hablan de un «corcho team» dispuesta a compartir alguna ola conmigo en Tenerife.
- Cuando el surf derrotó a mi timidez. Soy tímida. Si el número de personas que me rodea es superior a 4 ó 5 suelo desaparecer. He dado clases y charlas y conferencias, pero ahí logro manejarme. Hablo de lo que sé y es a un público anonimizado. Cuando empecé a surfear comprendí que si surfear solo era magnífico, surfear con amigos y otras personas que compartieran mi pasión me haría todavía más feliz. Así que me apunté a un grupo de whatsapp de surfers de Madrid. Yo intervenía poco (mi timidez y falta de confianza en mi nivel de surf) me paralizaba. Pero insistí. A veces comentaba algo y nadie respondía. Eso para un tímido es el equivalente a darle un trago a un bote de lejía. A veces pensé en abandonar el grupo. No lo hice. Después de un año, propuse un viaje. Bueno, fue más bien un tímido “Voy a surfear al norte, si alguien se anima…” Y vaya que sí se animaron. Puede que detrás de mi timidez, se esconda una mujer empoderada capaz de convertir esto de surfear en algo más, en mucho más.
No sé qué más cosas se esconden detrás de mi timidez y de mi torpeza casi infantil manejando a mi nuevo yo, pero estoy emocionando pensando en todo lo que me queda por descubrir.
[korra_ad_widget type=»wide»]
5 comments
¡Me ha encantado!
Aaay qué ilusión!!!! 🥰🥰🥰
Espectacular. Me sentí reflejado en algunas puntos. Saludos desde cartagena colombia. Aqui hay buenos spots para surfear ojalá algún día puedas venir. Bendiciones
Espectacular Me sentí reflejado en algunos puntos. Saludos. saludos desde Cartagena Colombia, aquí hay buenos spots para surfear, ojalá puedas venir algún día.
¡Muchas gracias! Surfear y escribir son las dos cosas que más me gustan. ☺️ Así que leer tu comentario me hace muy feliz! Ojalá pueda conocer vuestras olas! Un abrazo enorme!