Aprender a surfear a los 40, a los 50 o a los 60 tiene que ver más con perder la vergüenza y el miedo a hacerlo mal, a caernos y a equivocarnos. La edad mejor para surfear es la tuya en este preciso momento. Lo sé porque el surf ha logrado acabar con muchos de mis miedos y de mis vergüenzas. Las vergüenzas que nos vamos echando encima con los años y las que vienen con nuestro ADN. Surfear me ha empoderado (esa palabra ahora tan de moda con la que nos estamos haciendo fuertes las mujeres) y está domesticando mi timidez.
Tengo edad para surfear
“Tienes el síndrome de Peter Pan”, “a la vejez viruelas”, “los cuerpos ya no están como estaban antes”, “¿tú vas a surfear?”, “ya no tienes edad para eso”… Tengo, tenemos, edad para lo que nos dé la gana. No se me ocurre mejor edad ni momento para surfear que el mío.
Cuando empecé a surfear a los 41 creí que solo me encontraría en las surfhouse a jóvenes y atléticos surfers, imaginaba a efebos con tablas bajo el brazo, que dejarían mi ego a la altura de una hormiguita cacereña. Pero ocurre que a las surfhouse va la mayoría de la gente a aprender. Sucede que hay jóvenes que no están precisamente en forma y que tampoco se mueven como sirenas en el agua. Acontece también que hay otros hombres y mujeres de cuarenta y tantos o cincuenta y tantos que han tenido la misma idea que tú y yo hemos tenido, no somos tan originales.
Cuando me di cuenta que iba a surfear con niños casi muero de la vergüenza (quería salir corriendo y no parar hasta llegar a Madrid).
He surfeado con un padre y su hijo de 15 años (qué dos tíos más majos). He surfeado con un chaval holandés de 19 años mientras su padres veían las hazañas de su retoño desde la orilla y charlado con él de camino a la surfhouse sobre sus expectativas en la vida, sobre su familia, sobre lo que le gustaba y lo que esperaba del surf. He surfeado con una triatleta (bueno, ella surfeaba mientras yo remaba sin descanso intentando llegar al pico). He surfeado con Manu, un amigo de 42 años, como yo, que me ofreció su pie (entonces casi no nos conocíamos) cuando estaba cansada para llegar al pico (claro, ahora somos íntimos).
2 comments
No hay edad para hacer las Cosas que realmente nos gustan y nos hacen feliz. Al final en este viaje llamado vida lo importante es eso… Vivir!!
Un blog muy chulo,
un saludo de otra apasionada del mar 💙
Muchas gracias por tu precioso comentario! Lo importante es vivir! Qué bonito! Un abrazo. Nos vemos en las olas 🙂