Con la llegada de las redes sociales, la magia de los secret spots parece un espejismo. La aventura de buscar y dar con el mejor spot y la mejor ola para nuestro surf es un oasis incierto en medio de los stories de Instagram y el real time en el que nos vemos sumergidos.
Cuando empecé a surfear no pensaba en estas cosas y alguna vez cometí alguno de los errores de los que más adelante os hablaré. Iba a las escuelas de surf, surfeaba la ola que hubiese en el spot de la escuela el día reservado y ya está. Después, aprendí que no todas las olas eran adecuadas para mi nivel, que unas me gustaban más que otras y que para encontrar aquellas que eran mejores necesitaba entender bien cómo funcionaban las olas en función del viento, las mareas o la energía. Y, a pesar de que las herramientas actuales de previsión son una gran ayuda, es necesario saber interpretarlas y conocer bien los diferentes spots. Y hay muchos, muchos más que los que conocemos porque están las escuelas de surf o porque se han convertido en puntos turísticos.
Luego conocí a surfers y amigos del mar que viven pegados al salitre y lo entendí. La magia, la aventura del surf, tiene un componente maravilloso de búsqueda del spot adecuado para cada surfista. Lleva tiempo aprenderlo y entenderlo. Implica mucho esfuerzo especialmente para quienes no venimos del mar. Comprender la compleja ecuación del mar de fondo, el viento y las mareas es parte también del surf.
He vivido también baños en los que el pico parecía el metro en hora punta y entre alumnos de escuelas de surf, locales cabreados y principiantes con tablas duras cual arma arrojadiza era prácticamente imposible coger una ola. Así que, encontrar spots más relajados en días complicados se convirtió en un imprescindible.
En una ocasión, compartí una foto de una playa en redes sociales (un spot en el que surfeé una sola vez pero que me pareció una maravilla, y no de los más conocidos entre los principiantes). No lo compartí en tiempo real y tampoco puse nombre ni ubicación pero alguien me llamó la atención. Y… lo entendí. Ese es un spot maravilloso en el que llegué a surfear un día de verano con solo dos personas más en el agua. Algo casi imposible en verano, con todo el turismo de la zona. ¿Quiero que ese pico siga igual? Sí. ¿Seguirá igual si lo comparto en redes sociales? No.
Compartir con quien lo valora
No se confundan, soy partidaria de compartir la información y el conocimiento, pero creo que este conocimiento consiste en ayudarnos a entender el mar y las olas. Esforzarse por aprender y conocer esto nos acerca al mar y a la gente de mar, que abrirá su corazoncito solo si te aproximas desde el esfuerzo por comprender y amar sus olas y los picos en los que surfean.
Mi interés por conocer el mar, aprender y descubrir sus enigmas me ha llevado a gente de mar, locales, que me han ayudado y me han enseñado sus spots y rincones preferidos en función de la previsión. Cada vez que un amigo surfer ha compartido conmigo alguno de estos spots he entendido lo valioso y generoso de esa información. He comprendido que la única forma de compensar esa generosidad es con el silencio.
Dicho esto, creo que las olas no tienen propiedad y que con respeto y educación, en el agua hay sitio para todos (locales o no).
Por respeto a quienes cuidan y surfean en esas playas, y a quienes amamos todo lo que supone el surf, incluido hacer km para buscar el spot adecuado, creo que tendríamos que repensar algunas cositas. Esta es mi propuesta de normas social media para surfers (si quieres la tomas o si no la dejas), estoy abierta a modificar, mejorar y añadir:
- No hagas quedadas en spots a través de redes sociales. Lo he visto y no dudo de las buenas intenciones de quien lo hace pero extiende una forma de entender el surf que se aleja del espíritu surfer de la búsqueda de olas.
- No publiques fotos en tiempo real del baño en las redes sociales. Esa es una llamada al vacío, lanzas un mensaje sin destinatario conocido y no sabes la repercusión que tendrás. Quieres disfrutar de un baño tranquilo pero te puede el ego de contar ese superbaño con esas super olas. Controlar nuestro ego y disfrutar de lo inmenso y mágico con los amigos solamente es parte también del surf.
- No todos los spots son igual de “secretos”. Todos conocemos dos o tres nombres de playas en las que se han asentado multitud de escuelas de surf y en las que durante el verano las olas son casi impracticables. Son spots que surfers y no surfers asocian inmediatamente a esta práctica deportiva y en las que sería imposible controlar el flujo de imágenes con ubicación durante los meses de verano.
- Surfistas locales e influencers. La gran mayoría de los surfistas que cuentan con un número de seguidores muy elevado en redes sociales solo dan indicaciones de su playa de referencia en la que viven pero jamás te darán la referencia de otros picos que visitan cuando el mar está grande en su spot o hay mucho viento.
- No compartas fotos en tiempo real en los grupos de whatsapp o telegram. Existen grupos en whatsapp y telegram de surfistas. Conozco varios y estoy también en un par de ellos. Me gustan los grupos en los que se comparte conocimiento del mar y de surf: tipos de tablas, de olas, entrenamientos…etc. Pero muchos de estos grupos cuentan con centenares de personas a las que no conozco, por lo que nunca comparto en ellos información sobre los spots que visito. Creo que esta información debo compartirla solo con aquellos amigos interesados además en conocer por qué ese spot funciona bien en según qué condiciones y sepa valorar todo ese conocimiento.
Supongo que en esto no hay, en realidad, normas fijas y que desde el amor por el amar y por su gente, todo tiene un camino. Trabajemos todos por encontrar el equilibrio entre la publicación de contenido en redes sociales y el respeto por los picos que queremos y amamos y su gente.
Conste también en acta que gracias a las redes sociales he conocido a grandes surfistas, amigos que me han ayudado, dado cariño y enseñado sus picos.
0 comment
¡MUY BUEN post, María!