Mi adicción al surf es el resultado de un círculo virtuoso que me ha traído luz y mucha felicidad. Después de atravesar diferentes etapas a lo largo de mi vida, tras muchas alegrías, vueltas, giros inesperados y más de un quebradero de cabeza, he logrando finalmente encontrar la claridad. Y lo conseguí gracias al surf.
Me levanto con ganas de surfear, y no tengo nada que realmente me lo impida. Además, lo puedo hacer en compañía de mis hijos y amigos. Claro, siempre que estoy cerca de las olas y otras obligaciones me lo permiten.
Es la esencia de una vida jodidamente perfecta. La mayor parte del tiempo no lo vemos, pero está ahí:
- Poder surfear es tener la salud suficiente para hacerlo, es el primer lujo.
- Surfear con las personas que quieres, el segundo.
- Levantarse de la cama con una ilusión, la de surfear, el tercero
- Llegar a una estabilidad económica mínima para poder permitírselo es un regalo, la guinda del pastel. Eso sí, alcanzar el equilibrio entre tiempo disponible, obligaciones y compensación económica es fruto de la constancia y de capacidad de adaptación.
Comprender por qué el surf es tan adicctivo es fácil. Habitualmente damos demasiada importancia a cosas que no la tienen. Sí, lo sé, me pasa también a veces. Lo importante es rectificar y reconocerlo rápidamente. Poner en su lugar lo que realmente es importante.
Pensar así es lo más grande que ha aportado el surf a mi vida. Cuanto más lo he practicado más feliz he sido, más he liberado mi mente de cosas y preocupaciones innecesarias. Cuánto más lo práctico más seguro estoy de este resultado, y más feliz me siento de que sea así. Y de esta forma entro en mi círculo virtuoso, tan simple y a la vez tan complicado.
Me dicen que no tengo mucho criterio porque todos los baños me parecen buenos, sean cuáles sean las condiciones. Y es porque entro en mi círculo cada vez que me meto en el agua. Siempre salgo feliz. No necesito absolutamente nada más. Y cuanto más surfeo, más cuenta me doy de ello.
Además, gracias al surf he conocido a un montón de personas de todo tipo y he establecido distintos tipos de relaciones con ellas. Y al final, he acabado rodeado de las más estupendas, una auténtica familia para mí. No solo eso, sino que pude dejar a un lado aquellas que no eran tan buenas para mí.
Todo esto ocurre de manera espontánea y natural, solo con que yo sea feliz y esté dentro de mi círculo. Y, ¿sabes lo mejor? Solo depende de mí estar dentro.
Querer ir más veces al agua, querer surfear más olas y querer mejorar, para cada vez disfrutar más haciéndolo.Es igual el lugar, las condiciones, si las olas no son buenas… es más que suficiente con encontrar la puerta a mi círculo.
Creo que hay muchos más beneficios que nos puede aportar el surf, pero no me extenderé más con ellos. Ya sabéis el motivo de la adicción al surf.
Sólo una recomendación: ¡ve a surfear! El resto viene solo.
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[…] tarde mi amigo Manu -que también me dedicó un ratito para el blog escribiendo sobre surfing, me dijo que iríamos a surfear juntos a Los Locos. Con Manu hice mi primer viaje de surf sin […]